Es difícil encontrar las palabras adecuadas en momentos como este, pero quiero tomar un momento para recordar a Don Carlos, un hombre siempre dispuesto a dar su apoyo y sabiduría cuando más se necesitaba. Su partida deja un vacío enorme en las vidas de aquellos que lo amaron y conocieron, pero también nos deja un legado de integridad y respeto que siempre llevaremos con nosotros. Nos queda el consuelo de haber compartido momentos valiosos, de haber aprendido de su ejemplo y de llevar en nuestros corazones su recuerdo. Aunque ya no esté con nosotros, su influencia permanecerá en cada uno. Que descanse en paz, y que su memoria sea siempre una bendición para quienes tuvimos el privilegio de conocerlo.

Papi, te amamos mucho, ahora ya descansas en los brazos del Padre