Que descanses por siempre en el mejor lugar que Dios tiene preparado sus hijos muy amados. Te recuerdo cómo la persona de bien que en nuestra infancia y juventud compartida querida compañera Miriam y deseo que tu familia encuentre paz y consuelo en esta separación corporal de un ser tan querido. Dejas un dulce recuerdo impregnado en el alma de tus compañeros que tuvimos la bendición de conocerte y compartir años hermosos de vida.

Difícil resulta escribir palabras de despedida de amigas de infancia, de la algarabía de los recreos...porque luego de transcurrir los años de la vida, sólo me restan agradecer a Dios por esas vivencias compartidas, y que desde tu descanso celestial sigas cuidando de tu amada familia.

Mi querida amiga. Lamento muchísimo tu partida. Te envío un abrazo a donde estés.