Dios en su infinita misericordia te reciba entre sus santos y elegidos. Fuiste una excelente madre y esposa según el corazón de la Virgen María, a quien tuviste como guía. Tu eterna sonrisa y humor permanecerán en el recuerdo de mi familia, quienes valoramos la amistad y cercanía de la tuya. Imaginamos el encuentro, en tu pascua, con don Arcadio y tus familiares recibiéndote en el lugar del descanso y de la paz, donde merecidamente estarás y desde ahí interceder por tus hijos, especialmente por Nena, que ha sabido cuidarte con esmero y dedicación los días de enfermedad, junto con sus hermanos. Descansa en Paz, has unido tu dolor y sufrimiento al de Cristo, ahora estás unida a El en su Resurrección gloriosa. Fortaleza y esperanza a tus queridos hijos y familiares.